TODOS/AS COINCIDEN
“Hubo una transformación total cuando se pasó de secano a
regadío de campos de frutales.
En las últimas décadas se ha instaurado el riego por goteo, un sistema que emplea mucha menos agua para obtener la misma producción. Este cambio supone una ventaja para el agricultor, a la vez que ayuda a afrontar la falta de agua, y por tanto, a mitigar el cambio climático.
Los avances tecnológicos en el campo han permitido la mecanización de actividades antes manuales, reduciendo la necesidad de mano de obra y facilitando el trabajo. Se busca maximizar la productividad, ampliando los campos a costa de la vegetación natural. Además, se implementan nuevas estrategias para el control de plagas, como el uso de fitosanitarios más ecológicos.”
ALICANTE AÑADE:
“Se han instalado molinos frente a las heladas.”
BAZA
“Hemos sustituido los cultivos por otros menos exigentes.”
GRANADA 2
“Hemos adaptado los cultivos, a olivos, que no necesitan tanta agua; y nísperos, que son resistentes.”
Luis Fernando Casares
Luis Fernando Casares
Principal Investigator
Centro Andaluz de Biología del Desarrollo CSIC-Universidad Pablo de Olavide, y miembro DrosEU.
“Creo que esta memoria del paisaje agrícola informará sobre los cambios en la diversidad y la calidad de los hábitats en ese paisaje, que también deberían ser parte de la historia de vida de las especies que estudiamos. Las historias sobre cómo los humanos perciben su entorno y su cambio también deberían reflejarse en los genomas de las especies que coexistieron con estos humanos. Juntos, los humanos y los genomas ofrecen una imagen más completa de este paisaje habitado por humanos y de sus cambios”.
Impacto de los monocultivos extensivos en la biodiversidad y el paisaje agrícola
Los monocultivos extensivos, es decir, una sola especie cultivada en un área muy grande durante un periodo de tiempo prolongado, hacen que se reduzca la biodiversidad del hábitat, ya que provocan paisajes homogéneos sin complejidad estructural, limitando la variedad de especies que pueden vivir allí. Además, la intensificación y expansión agrícola transforma la vegetación natural de bosques y praderas en tierras de cultivo, reduciendo el hábitat en el que viven especies silvestres, así como áreas de vegetación nativa que podrían servir como refugios, corredores biológicos o fuentes de alimentos para la fauna. Esto contribuye a la fragmentación del hábitat de especies naturales, al reducir la continuidad y afectar a su movilidad. Por otro lado, el uso de maquinaria y técnicas intensivas puede alterar la estructura del suelo y eliminar microhábitats.
Altieri, M. A., & Nicholls, C. I. (2007). Biodiversidad y manejo de plagas en agroecosistemas (Vol. 2). Icaria editorial.
Hernández Plaza, E. (2013). La conservación de la biodiversidad en los sistemas agrarios.
San Vicente, M. G., & Valencia, P. J. L. (2010). Causas de los procesos territoriales de fragmentación de hábitats. Lurralde Inves. Espac, 33, 147-158.

